VII Premios “Palacio de Canedo” de la Fundación Prada a Tope
Villanueva de Valdueza y Quintela de Balboa, máximos galardones de los premios Prada a Tope de recuperación del patrimonio ruralVillanueva de Valdueza y Quintela de Balboa, máximos galardones de los premios Prada a Tope de recuperación del patrimonio rural
También recibieron premios una casa en Magaz de Arriba, el Albergue Leo de Villafranca, la conducción de agua del Monasterio de Montes y el nuevo museo de Noceda
Los premios los patrocina el Consejo Comarcal, el Ayun-tamiento de Carracedelo y la propia Fundación Prada a Tope
Villanueva de Valdueza, en el municipio de Ponferrada, y Quintela, en el de Balboa, se han hecho acreedores de los dos primeros premios de la séptima edición del certamen de la Fundación Prada a Tope con el que se premian las mejores rehabilitaciones y recuperaciones de la arquitectura de nuestro medio rural.
En proyecto de José Luis Fernández de recuperación de una vivienda en Villanueva de Valdueza se hizo acreedor del primer premio en la categoría de recuperaciones promovidas por particulares o empresas no vinculadas a la Administración.
En la categoría de rehabilitaciones llevadas a cabo por juntas vecinales o colectivos vecinales el ganador fue la recuperación de la Capilla de Quintela de Balboa.
El Jurado hizo un recorrido de tres jornadas por todos y cada uno de los participantes en la edición, siendo 16 los proyectos que llegaron a la final celebrada esta noche, repartidos en 14 municipios: Benuza, Balboa, Berlanga, Vega de Valcarce, Ponferrada, Arganza, Villafranca, Bembibre, Castropodame, Congosto, Igüeña, Noceda, Carracedelo y Cacabelos.
Todos los premios
En la categoría de iniciativas privadas, el PRIMER premio, con 1.500 euros y diploma, correspondió a José Luis Fernández por una casa en el centro de Villanueva de Valdueza (Ponferrada). Se trata de un edificio de dos plantas que estaba totalmente arruinado y que ahora luce con el aspecto casi idéntico al que un día tuvo con su corredor de tabla y barrote, con el entramado de madera y barro en las zonas ganadas al corredor, etc.. El jurado valoró la fidelidad al original tanto en el aspecto exterior como en la volumetría, que no se alteró ni se abrieron nuevos vanos ni cualquier otro cambio estético que arruinara la idea original.
Esta casa está dedicada al turismo rural bajo el nombre de “La Casona de la Villa”.
El SEGUNDO premio, de 1.000 euros y diploma, ha sido para una restauración en Villafranca, en plena Calle del Agua, la del Albergue Leo. Promovida por Mercedes Gallego Moral, el antiguo mesón Leo es ahora un albergue para peregrinos y turistas que ha remozado su aspecto pero manteniendo también los elementos arquitectónicos originales.
El TERCER premio, de 500 euros y diploma, fue Magaz de Arriba, en el municipio de Arganza, para la casa restaurada por Maite Armendáriz Carretero y Restituto Bardón, situada en la calle del Regueral. También partieron de dos viviendas antiguas que ellos unieron recuperando el aspecto original destapando la piedra y realzando la madera del corredor.
El Jurado también incluyó un premio más, un accésit sin dotación económica, para la remodelación que Balbino Lamagrande ha acometido en el centro de Cacabelos en la plaza de la iglesia de Santa María. Se trata de un futuro establecimiento hotelero situado sobre la cafetería Siglo XIX, un edificio de finales del ochocientos que perteneció a la alta burguesía local, la familia de los Burgueños, y que ha recuperado el viejo esplendor.
En la categoría de inmuebles restaurados por instituciones públicas, tanto ayuntamientos como juntas vecinales o asociaciones de vecinos, el PRIMER PREMIO, dotado con 1.500 euros y diploma, fue para el colectivo de vecinos de Quintela de Balboa por la recuperación de la Capilla del pueblo. Situada en el centro de este pequeño diseminado de Villafeile, en la carretera que une Ambasmestas con Balboa, se trata de un edificio sencillo de piedra, madera y pizarra, construido por los vecinos y mantenido por ellos. Las labores de restauración fueron alabadas por el Jurado por la pureza con la que se respetó todos los elementos originales, tanto de la piedra como de la madera, que fue saneada pero no se le añadió ningún tipo de elemento nuevo. El proyecto iba capitaneado por Javier Víctor Suárez.
El SEGUNDO PREMIO dotado con 1.000 euros y diploma se lo llevó la Junta Vecinal de Montes de Valdueza, presidida por Manuel Gancedo, por la recuperación de la conducción de agua que el Monasterio de Montes tenía para servicio del convento y del resto de los vecinos. Lo que llamó la atención del Jurado fue la singularidad de la conducción, ya que se hace a través de una bóveda de piedra de factura medieval desde la fuente, situada por encima del pueblo, y el propio Monasterio.
Tanto la fuente como la captación tienen un juego de aguas muy curioso que permitía a los monjes tener el control del agua en todo momento, decidiendo ellos cuándo y cuánta agua podían recibir los vecinos. Para ello hicieron una construcción cerrada y que solo ellos podían gestionar. La memoria popular dice que los monjes “iban por dentro de la conducción para que no les vieran los vecinos” en el momento de dar paso o cortar el agua, ya que esta conducción permite el paso de una persona en todo su recorrido.
Y el TERCER PREMIO, que está dotado con 500 euros y diploma, recayó en el Ayuntamiento de Noceda por la reconstrucción y rehabilitación de las antiguas escuelas con el fin de convertirse en el nuevo museo arqueológico del municipio. Se recuperó la fachada de piedra y la madera volvió a ocupar los cargaderos de puertas y ventanas, al tiempo que se remozó la estética general de este edificio.
Además, el Jurado decidió otorgar un accésit a la Junta Vecinal de Lomba de Cabrera, que pertenece al Ayuntamiento de Benuza, por la recuperación de la Ermita de Santa Elena. Como se recordará, en 2013 fue comida por las llamas de un incendio que, al parecer, se originó en la misma ermita por culpa de las velas. En pocas horas ardió todo el edificio quedando en pie apenas la piedra requemada. Ahora está totalmente restaurada gracias al apoyo de infinidad de vecinos del pueblo y de Cabrera entera, de empresas de la zona, de ayudas públicas y del dinero que han entregado también devotos de Santa Elena de Lomba.
En esta edición la Fundación Prada a Tope ha vuelto a contar con el patrocinio de varios de sus premios a cargo del Consejo Comarcal del Bierzo y del Ayuntamiento de Carracedelo.
Alfonso Arias reivindicó la importancia de los premios independientemente del próximo gobierno que salga de las urnas para el Consejo Comarcal tras las elecciones. A su juicio, “tenemos que mantener la identidad con este tipo de premios, porque si perdemos la identidad es una gran pérdida para toda la sociedad de la comarca”.
Raúl Valcarce señaló que Carracedelo ha devuelto con su patrocinio el importe de los premios que en su día ganó el municipio en varias ediciones en las que participó, y que en el caso de continuar en la responsabilidad municipal participarían en próximas ediciones.
José Luis Prada, por su parte, fue el encargado de cerrar el acto destacando que en los últimos años habían ido cayendo mitos empresariales como los Albertos, Mario Conde, De la Rosa, Rodrigo Rato, “que detrás de sí solo dejaron humo”, por lo que invitó a los asistentes a apostar por la tierra “que nos ha dado todo” y en la que podemos vivir felices con nuestro esfuerzo, sin esperar nada de nadie, aunque luego haya ayudas.