La Deportiva mereció algo más que el empate, superando a los maños en la segunda mitad
El cancerbero de los foráneos, Manu Herrera, se convertiría a la postre en factor esencial para mantener las tablas en el luminoso.
Por otro lado este resultado no sirve grandemente a ninguno de los dos equipos: los zaragozanos no recortan distancias respecto a la segunda plaza de ascenso directo; y, asimismo, los blanquiazules tampoco salen de los lugares de descenso (a un único punto de desventaja con relación a Almería y Mallorca, aunque con el “goal average” particular perdido).
Los bercianos no se amilanaron en ningún momento de la contienda deportiva, a pesar de las urgencias que los atenazaban. Sin embargo, sus oponentes también deseaban prolongar su buena racha de victorias reciente (máxime con la fortaleza defensiva de la que venían precedidos). Así el acto de inicio se caracterizaría por un equilibrio cierto, sin apenas ocasiones de riesgo enfrente de ninguno de los portales: simplemente se ha de resaltar, en el minuto 15, un disparo del delantero camerunés Jean Marine Dongou; y, en sentido contrario, un cabezazo de Berrocal sin fuerza suficiente, aprovechando el lanzamiento de un saque de esquina (que iría a parar a manos del guardameta visitante, cuando se cumplía el minuto 43).
Las opciones en este período de principio se basaban, esencialmente, en la capacidad de avance por el flanco izquierdo del ataque zaragocista; y, por el lado opuesto, en el servicio de balones (en busca del desborde) cuyo impulsor era el enlace Jesús Berrocal.
Tras el paso preceptivo en el intermedio por los vestuarios, los jugadores dirigidos por el tándem Nistal-Vega evidenciaron una mejora ostensible y se dispusieron a luchar en pos de adelantarse en el marcador. No obstante, ello les costó quizá demasiado.
Las oportunidades para los locales se sucedieron y los acercamientos al área de sus rivales ya comenzaban a ser notorios, sobre todo con el protagonismo claro de los interiores o “mediovolantes” Aguza y Acorán. En este aspecto se produjeron dos jugadas o combinaciones – con la intervención destacada de Sergio Aguza – que inquietarían el portal bien guardado por Herrera. En ambos casos el esférico se encaminaría por encima del larguero. También el tinerfeño Acorán – dinámico e implicado a todo lo largo del choque – se revelaría como un elemento preocupante para los zagueros del conjunto de Lluís Carreras.
El central Antonio Raíllo, conectando un testerazo después de elevarse sobre sus oponentes, dispuso de una “chance” antes de inaugurarse el electrónico.
Y, aproximadamente en el minuto 71, el canario Acorán pugnó con intensidad por la posesión de la pelota. Fue, de este modo, que le ganó la posesión al lateral Rico y se plantó delante de Herrera, batiéndole con un tiro raso y cruzado.
No duró excesivamente la alegría entre la parroquia ponferradina, ya que ambas
escuadras se decidieron a establecer una dinámica ofensiva. De hecho el técnico de los “baturricos” efectuó el correspondiente relevo (Ortí, en vez de Guitián), cambiando el dibujo táctico pues la retaguardia quedó formada con simplemente tres efectivos. Y esta variante le concedió lo que pretendía: en el minuto 83, el que había entrado sobre el césped como suplente – el isleño Ángel – se benefició de una internada por el flanco diestro de Diamanká hacia el área de sus contrarios. El delantero remató “a placer” y mandó el balón al interior de la red.
Las alternativas, entonces, eran constantes y ambos cancerberos se emplearon a fondo en ciertos instantes: Santamaría, al igual que Herrera, tendrían en esta tesitura una actuación brillante sacando sendas manos con el cuero “a punto de introducirse” en su portería.
Las dos últimas posibilidades de alterar el registro goleador correspondieron al ex-maño y albano-suizo Vullnet Basha y al montenegrino Luka Djordjevic, sin suerte ni acierto.
En definitiva, los aficionados se despidieron provisionalmente, ayer tarde, del Coliseo de la “Ponfe” con un sabor agridulce: agrio, por la igualada obtenida; y dulce, debido a la progresión positiva del cuadro a cuya cabeza se halla “un hombre de la casa” que siente los colores: Rubén Vega.
ALINEACIONES:
- D. PONFERRADINA:
Santamaría; Adán G., A. Baró, A. Raíllo, S. Camille; J. Ruiz (min. 70, V. Basha), S. Aguza; Acorán (min. 81, J. Casado), Andy, D. Caiado (min. 62, Djordjevic); y Berrocal.
- ZARAGOZA C. F.:
Herrera; Rico, Carrera, Guitián (min. 79, Jorge Ortí), Carcelén; Dorca, Morán; Gil, Ros (min. 64, Ángel), Pedro (min. 69, Pape Diamanká); y Dongou.
GOLES: 1-0 (Acorán, 71′), 1-1 (Ángel, 83′).
ÁRBITRO:
El Sr. Ais Reig, del Comité valenciano. Amonestó con cartulinas amarillas a Dorca (min. 47), en el bando de los de la ciudad del Pilar; y a Berrocal (min. 59) y Adán G. (min. 78), por el lado deportivista.
INCIDENCIAS:
Partido correspondiente a la 36ª Jornada de la Liga Adelante, disputado en el Estadio “El Toralín” con la presencia estimada de unos 6.500 espectadores (un poco más un centenar procedentes de la Comunidad de Aragón).
Marcelino B. Taboada
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