El pasado 10 de junio, del cual ya nos separa más de un mes, se celebraba la ceremonia de apertura del Campeonato Europeo de Selecciones 2016. Se daba por inaugurado en un contexto de máxima vigilancia, debido a las amenazas reales del terrorismo yihadista y a las medidas de seguridad especiales adoptadas. Todo era poco al objeto de preservar el ambiente de paz y tranquilidad preceptivo y deseado.

EL BANQUILLO "LUSO"

El dispositivo policial constituyó, en su valoración global, todo un éxito. Apenas unos graves altercados, en la fase previa y en la bulliciosa Marsella, entre “hooligans” ingleses y sus homólogos rusos serían los sucesos a lamentar. Mientras ello acontecía, el resto transcurría un clima de normalidad. Y, superados estos enfrentamientos inevitables, se desencadenó un ligero incidente diplomático con respecto a la actuación de las autoridades galas. Al final, y más achacable al desbordamiento de la alegría y algún que otro exaltado, se registraron ciertos desórdenes públicos en el entorno parisiense de Trocadero.

El ganador fue el combinado portugués, lo cual contradecía bastante el guión preestablecido. Y es que las apuestas determinaban que las favoritas, según el escalafón elaborado, eran: Francia (la anfitriona), Alemania (en cuanto a detentadora del “entorchado” mundial), España (vigente ostentadora del título europeo) y, en un plano secundario, Bélgica (los rojos “intensos”). Mas, al remate y conclusión, el conjunto luso alcanzaría “las mieles del triunfo”. Y de nada sirvieron las filias y fobias y el debate y controversia interesada, en relación al conflictivo y estelar Cristiano Ronaldo. Sin él – algunos dicen ahora que “a pesar de su participación” – nuestros vecinos peninsulares se impusieron con todo merecimiento y “contra pronóstico”.

LE STADE DE FRANCE

Terminado de verdad el magno Torneo un sector (más bien minoritario) plantea la inconveniencia de la inclusión de 32 equipos en la disputa. Entiende que con 24 se constituiría una cifra ideal: el excesivo número de encuentros (51), una comprobada debilidad de ciertos contrincantes calificados (no es el caso de la sorprendente Islandia) y la dispersión y traslados “intersedes” frecuentes e innecesarios avalarían tal propuesta.

Por otro lado, por lo que atañe a nuestra Selección hispana (la roja), al quedar eliminada en los octavos de final ante la siempre peligrosa formación “transalpina” – italiana – es preciso señalar su bondad: tras un período de apogeo (con dos Europeos consecutivos y un Mundial en su haber) la época “dorada” se ha acabado definitivamente. La tarea es ardua pero la renovación, a medio plazo, dará los frutos apetecidos. Así lo avalan y confirman las diversas generaciones sub-21 y sub-23, sub-19,… que han logrado victorias importantes.

LA TOUR "EIFFEL"

Finalmente, es indispensable subrayar el protagonismo mediático de Cristiano Ronaldo. Se ha erigido, por derecho propio, en un ídolo o villano (a admirar o denostar, a partes iguales) en la apreciación popular. O sea, que desata pasiones y rechazos que pudieren parecer injustificados, parciales o con un componente emocional exorbitante.

                                                                         Marcelino B. Taboada

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