La Deportiva, tras un encuentro muy igualado, se impuso gracias a una magnífica ejecución de falta por parte del sevillano J. C. Menudo
Las ocasiones que se produjeron, a lo largo del choque, no fueron frecuentes sino más bien esporádicas. Por tanto, solo una genialidad – la materialización de un libre directo – podía alterar el sentido del resultado final.
Dos equipos, dotados de una cierta calidad y buen toque de balón, equilibrarían una contienda deportiva que no se caracterizó por las llegadas claras a ninguna de las áreas, ya que el control y la prevención eran las consignas principales de ambas escuadras.
Detalles determinados como la obtención del único tanto en tiempo de prolongación de la primera mitad, la expulsión rigurosa de un jugador celeste y una mano discutida y no señalada en el interior del área deportivista (en los momentos postreros de la disputa) pusieron la nota de emoción que los ataques continuados – sin fruto alguno – no ofrecían.
El período de inicio, y todo el acto que continuaría hasta el descanso, estuvo casi huérfano de oportunidades y opciones destacables. Únicamente se constató una jugada relevante en este aspecto, precisamente cuando el grancanario Rayco intentó un remate “en vaselina”. El esférico saldría demasiado elevado, superando el larguero.
Pero, ya en la fase de alargue de este acto de principio, se sancionó una infracción con golpe franco a favor de los blanquiazules. El disparo subsiguiente, desde la considerable distancia de unos 30 m., se encaminó de modo imparable hacia la misma escuadra del guardameta visitante. El autor de tal extraordinario lanzamiento tuvo de protagonisra al mediocentro andaluz Menudo.
Una vez acabado el lapso preceptivo de resuello en los vestuarios, la dinámica del enfrentamiento futbolístico no mudó apreciablemente. El intercambio de estrategias no podía ser más evidente. Y ello debido, en algún grado, a la expulsión forzada de un defensa del conjunto filial olívico: Alende, justamente en el minuto 60, dejando a los suyos en inferioridad por un tramo que rebasaría la media hora. Así, entre el miedo de los vigueses de ser presas de los contragolpes locales y la conformidad y contundencia de los bercianos en su línea de retaguardia, el ritmo adquiría tintes de conservadurismo. De tal modo que, a pesar de un mayor dominio de los chicos dirigidos por Alejandro Menéndez, la portería de Dinu no pasaría por serios apuros.
Con una grada ponferradina reconciliada con sus colores, el tercio – que clausuraba la competencia abierta – se saldó con prácticamente ausencia de posibilidades de lograr el empate pretendido por los gallegos.
Y, quizá en la entrada mutua y “a ras de suelo” entre Chavero y Alende, “en pugna por el balón”, el cartón rojo fuera un excesivo castigo.
En definitiva, se presenció un bonito espectáculo aunque sin un ingrediente siempre especial y que le da un toque diferencial al “deporte rey”: los vaivenes en el marcador.
ALINEACIONES:
S. D. PONFERRADINA:
Dinu; Nacho López, Xisco, Gonzalo, Fuster; Abel Moreno (min. 74, Pastrana), Menudo, Cidoncha, Chavero; Rayco (min. 83, Caiado) y Héctor Figueroa (min. 71, Juanto).
R. C. CELTA B:
Néstor; Kevin, Roger, Alende, Samu; Borja Fernández, Gus, Brais (min. 61, Caste), Juan Hernández (min. 63, Agus); Hicham (min. 63, Juan Mera) y Borja Iglesias.
GOLES:
1-0 (Menudo, 48′).
ÁRBITRO:
El Sr. Hugo J. López Puerta, del Comité madrileño. Enseñó tarjetas amarillas a Nacho López, H. Figueroa (min. 40) y Juanto (en la prolongación del remate), en el bando de los anfitriones; y a Roger e Hicham, por el lado de sus rivales. También, en el minuto 60, decidió enviar a los vestuarios con la amonestación máxima (cartulina roja) a Alende.
INCIDENCIAS:
Partido correspondiente a la 12ª Jornada de la Liga Regular de Segunda División B, Grupo I. Al Estadio Municipal de “El Toralín”, de Ponferrada, acudieron unos 3.580 aficionados (conforme al recuento oficial comunicado).
Marcelino B. Taboada