El PSOE afirma que Otero se carga la Gala del Deporte de Bembibre
El concejal de Deportes, Serafín Vázquez, ha comunicado a los miembros del Patronato Deportivo Municipal que este año no se celebrará la Gala del Deporte de Bembibre, alegando como única razón la falta de dinero. Se pone así término a un evento que se puso en marcha hace diecisiete años, que se había ganado justa reputación entre los de su clase y que espoleaba cada año los desvelos de los deportistas locales y las ilusiones de los niños y de sus familias.
Lo difícil es tragarse esa falta de dinero cuando Otero acaba de completar una subida del IBI a los vecinos del 30 % y hace unos meses subió el abastecimiento de agua nada menos que el 85 %. Con tanta recaudación, dinero es lo que ahora debe de sobrar en las arcas municipales. Y si no es así, estamos en quiebra absoluta.
El argumento económico, la falta de dinero, no se sostiene, porque la gala del deporte es muy asequible, la desarrollan los propios deportistas nominados con un invitado especial que acude gratis, los trofeos pueden ser donados por los patrocinadores y la cena es perfectamente prescindible. Todo sale por poco más de mil euros. Así que no existe problema real de dinero.
El problema real hay que buscarlo en lo de siempre, en que no hay ganas de trabajar, algo a lo que nos tiene acostumbrado el gobierno del PP en Bembibre, sobre todo ahora cuando, como sabe todo el mundo, las relaciones entre Otero y Serafín están en su peor momento. Es un problema de gestión y de falta de compromiso con el deporte de nuestro pueblo, envuelto en celos políticos, para que ningún concejal se ponga más medallas que las que permite el alcalde. Un alcalde que para poco en Bembibre, porque aquí el sueldo lo tiene asegurado, venga o no, y pasa la mayor parte de su tiempo en Valladolid, donde sí tiene que asistir para cobrar.
Estamos asistiendo a la descomposición de un proyecto político que nunca existió. Otero piensa que la gente le vota por no hacer nada y ni se preocupa de ganarse el sueldo que se ha puesto. Ni obras, ni limpieza, ni saneamiento, ni fiestas, ni iluminación… Ahora, ni siquiera Gala del Deporte, de la que tanto presumía en otro tiempo. Bembibre sigue en caída libre y Otero sigue encantado de lo bien que le va a su bolsillo.
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