La DGT certifica la eficiencia medioambiental de los vehículos sin comprobar sus niveles de contaminación
FACUA ve indignante que para justificar la acreditación de los coches del fraude Volkswagen, el organismo insista en que no han analizado marcas, mientras la CE da un ultimátum a España por las altas emisiones.
FACUA-Consumidores en Acción considera un escándalo que la DGT confirme que no ha llevado a cabo ni la más mínima comprobación de la contaminación real de los vehículos a los que está enviando un distintivo de eficiencia medioambiental. Tras la denuncia pública que la asociación hizo este miércoles de que la certificación se está enviando a los vehículos afectados por el fraude de Volkswagen, el propio organismo de tráfico insiste en que no ha analizado «marcas«, y que lo que ha hecho es catalogar los vehículos bajo criterios europeos, sin comprobar que los cumplen.
La bochornosa respuesta de la DGT se ha producido precisamente el mismo día, este miércoles, en el que la Comisión Europea ha enviado un ultimátum al Gobierno español por los altos niveles de contaminación por dióxido de nitrógeno (NO2) de las principales ciudades del estado. El Gobierno europeo ha instado al español ha tomar medidas para garantizar una buena calidad del aire y proteger la salud pública, entre las que incluye reducir las emisiones contaminantes a través de la disminución del volumen global de tráfico y el cambio a vehículos eléctricos. «La reducción de las emisiones de los vehículos diésel es un paso importante para lograr el cumplimiento de las normas sobre calidad del aire de la UE«, dice el comunicado hecho público ayer.
FACUA considera que los distintivos medioambientales como el que está distribuyendo la DGT carecen de sentido si su otorgamiento no va unido al cumplimiento de las garantías necesarias para que responda a la realidad en beneficio del medio ambiente, la salud y los derechos del consumidor. Repartir este tipo de certificación a vehículos sobre los que no existe un auténtico control de emisiones de gases en conducción, esto es, en circunstancias reales de conducción, es papel mojado y carece de valor.
La asociación también cuestiona la utilidad real de esta medida, dado que si no se conoce cuál es el nivel real de emisiones de los vehículos, tampoco se puede saber cómo contribuye este distintivo a mejorar la calidad del aire o reducir la contaminación provocada por el parque móvil estatal.
La propia información que la DGT ha publicado en su web sobre estos certificados es falsa, dado que dice que estos distintivos se han creado «en función del impacto medioambiental de los vehículos», algo que el organismo de tráfico ha admitido que desconoce. En realidad estos distintivos están referidos a la norma europea medioambiental correspondiente, que está relacionada con el potencial contaminante de los coches, no su impacto real sobre el medio ambiente.
Papel mojado
Entregar una certificación a vehículos manipulados por el fabricante para saltarse las leyes medioambientales atenta a los valores que se pretende proteger y resulta en una auténtica tomadura de pelo a la ciudadanía, valora FACUA.
El caso de Volkswagen es un ejemplo paradigmático de la falta de rigor del Gobierno al entregar estas certificaciones, pero no sólo se da en los vehículos afectados por el fraude: la DGT está informando a los conductores de que sus coches están en el 50% de los menos contaminantes de España sin hacer absolutamente ningún tipo de comprobación sobre los valores reales de emisiones del parque móvil estatal. Las únicas pruebas de verificación de emisiones que se hacen a los vehículos son previas a su puesta en circulación, pero no hay datos de la contaminación en una situación de conducción real, recuerda la asociación.
El distintivo que se entrega a los vehículos afectados por el fraude de Volkswagen se corresponde con la categoría B, que en el caso de motores diésel, se refiere a coches de ocho plazas matriculados a partir de 2005 que cumplen la norma Euro 4 y Euro 5. En el caso de los Volkswagen, son todos vehículos diésel con motor EA 189, matriculados a partir de 2009, y por lo tanto supuestamente bajo la norma Euro 5.
Sin embargo, el peritaje que se le ha hecho a algunos de los vehículos afectados indica que las emisiones reales de estos vehículos no sólo no cumplen con la normativa Euro 5, sino que tampoco lo hacen con la anterior, Euro 4, mucho más permisiva en cuanto a las emisiones, ni con la Euro 3.