La Deportiva comienza la temporada oficial con buen pie
Dominó el once ponferradino la mayor parte del tiempo de la competencia, aunque fuere de manera infructuosa durante un largo período, obteniendo a la conclusión –en el tramo postrero del encuentro de rivalidad regional– una cumplida recompensa. Es decir, aunque su control del juego se mostrara evidente, el equipo comarcano careció de una profundidad apreciable y no realizó demasiadas elaboraciones brillantes en su zona de vanguardia (durante algunas fases del choque deportivo). De todas formas, el resultado definitivo registrado impartió justicia y obedeció a la lógica, puesto que los bercianos se impusieron con bastante rotundidad (en ciertas facetas de la contienda) a sus oponentes castellanos.
La disputa empezó como es habitual, con una lucha estrecha por conseguir la manija en la zona ancha de la cancha. En este aspecto se iba advirtiendo que, poco a poco, los anfitriones demostrarían disponer de mejores argumentos y a base de destellos particulares de calidad.
En el minuto 12 era el sevillano Ríos Reina, plasmando de forma palmaria su facilidad de disparo, el que enviaba un potente chut desde larga distancia. El balón salía por la línea de fondo y se marchaba a córner, tras rebotar en un zaguero adversario.
En cambio, superado el ecuador del primer acto (cuando precisamente transcurría el minuto 25), los de las tierras del Cid gozarían de una casi inmejorable oportunidad, en principio, para alterar el marcador: se produciría un avance en ataque con riesgo palpable, bien conducido y que terminaría con una asistencia adecuada, siendo despejado providencialmente a saque de esquina. Tras el lanzamiento desde el rincón correspondiente, la pelota pudo ser aprovechada por el centrocampista Undabarrena ‒situado en una posición franca– mas su testerazo se encaminó por encima de la portería.
Seguirían los locales con su propósito más ofensivo que sus contrincantes de ayer y las contadas ocasiones surgidas antes del intermedio corrieron de su cuenta.
En el minuto 29 la opción de perforar las redes de los foráneos se produjo por partida doble, conforme a este orden: en su versión precedente, nuevamente Ríos Reina botaría una falta desde el lateral y el cancerbero Saizar se tuvo que emplear y despejar “de puños” (al objeto de desviar la trayectoria del esférico); y a continuación, un centro con bastante efecto del central Míchel Zabaco se envenenó adquiriendo un patente peligro. Finalmente, no fructificó mediante una culminación acertada (al no hallar posible rematador).
Y, no demasiado más tarde, sumarían los ponferradinos un par de acercamientos serios con considerable riesgo contra el portal de los ayer “amarillos”.
En el minuto 33 el capitán Yuri, no inspirado en su apartado anotador a través de todo el decurso de la confrontación, dejó un servicio al objeto de que el defensa lateral Son materializara un tiro con visos de éxito. No se confirmó tal intento por la escasa fortuna del andaluz, en el lance decisivo, y Saizar logró rechazar el cuero. Y, cuando discurría el minuto 35, el mismo ariete brasileño Yuri recibiría un estupendo pase y su definición –mediante un cabezazo– se reveló algo errada.
Y así encararon ambas escuadras los vestuarios, con el fin de disfrutar y completar el intervalo de preceptivo y merecido descanso. Tras la aludida pausa, se iría transmitiendo la sensación de una mayor ambición y un incremento del porcentaje de posesión desde el lado blanquiazul. Aún así, en esta mitad a dilucidar –a modo de continuación imprevisible y prácticamente «a renglón seguido»– el susto iría destinado a los animosos e incondicionales aficionados del Bierzo: pasado el minuto 46, Goti no fue capaz de culminar –en una tesitura ventajosa– una jugada destacada elaborada por la banda izquierda, una vez que se apoderó de la pelota (gracias un envío preliminar, de espuela, del delantero exdeportivista canario Héctor Figueroa).
El resto del enfrentamiento futbolístico se constituiría en una especie monólogo parcial, protagonizado por los hombres que entrena Jon Pérez, “Bolo”. Sin embargo, las instrucciones que se comunicaban por el preparador vasco, en este caso presente en los graderíos, se transmitían «a pie de campo» por su asistente José Manuel Trueba (en sustitución del susodicho titular, sancionado). De manera que, a pesar de las deficiencias detectadas en cuanto al grado de incisividad y desborde ofensivos (en momentos esporádicos), los que se erigirían en ganadores acumularían ciertas probabilidades reales de adelantarse en el electrónico. Alcanzarían por ello además, apoyados en la imprescindible dosis de suerte necesaria, una victoria que habían perseguido con ahínco.
En el minuto 56 se desarrolló una acción que pudo convertirse en un tanto trufado de la indispensable “picardía”: a causa de ejecutarse un lanzamiento táctico de esquina raso (y tal vez tratando de plasmar una jugada ensayada), el madrileño Dani Pichín tocó de tacón y casi sorprende al guardameta burgalés, que reaccionó con prontitud e intervino con rapidez de reflejos.
Los minutos se consumían y las tablas inmutables continuaban, hasta que a punto de acceder al cuarto de hora último varió la situación: en el minuto 75 Dani Pichín empalmó un disparo magnífico, después de gestionar convenientemente un servicio procedente del interior cántabro Jorge García, este ubicado en el flanco derecho.
Como suele a veces suceder, faltaba consumar la labor, por lo que respecta a un digno colofón anotador de un «carrilero» nato, con su pierna más hábil: en el minuto 80, el especialista antedicho –ejecutor “a balón parado”– Ríos Reina mandó un obús espectacular que se introdujo en las mallas del arco visitante.
En resumen, lo presenciado ayer demostró que la dinámica positiva y de integración colectiva, en el cuadro de los triunfadores, ha derivado en el surgimiento de un ambiente agradable y potencialmente beneficioso (en relación a las dos campañas inmediatamente anteriores). Esta constatación se sustenta en impresiones razonables, siendo todavía precipitado afirmarlo taxativamente. Y de los de la ciudad del Arlanzón simplemente cabe reseñar la sensación inferida tras la actuación en cuestión: su imprescindible y obvio margen de mejora, en una aconsejable evolución progresiva.
ALINEACIONES:
S.D. PONFERRADINA:
Gianfranco; Son, Jon García, Míchel Zabaco, Ríos Reina; Dani Pichín, Matthieu (min. 56, Fran Carnicer), Óscar Sielva, Pablo Espina (min. 81, Saúl Crespo), Isi (min. 69, Jorge García); y Yuri.
BURGOS C.F.:
Mikel Saizar; Aldalur, Borda, Julio Rico, Kevin; Undabarrena, Jagoba (min. 86, Jaso); Goti, Machuca (min. 81, Iker Hernández), Madrazo (min. 81, Elliot Gómez); y Héctor Figueroa.
GOLES:
1-0 (Dani Pichín, 75′), 2-0 (Ríos Reina, 80′).
ÁRBITRO:
El Sr. Rubén Eiriz Mata, del Colegio gallego. Enseñó tarjetas amarillas a Undabarrena (min. 34) y Aldalur (min. 66), componentes ambos del bando visitante, bajo las órdenes del técnico navarro José Manuel Mateo; y a Saúl Crespo (min. 91), en sentido inverso.
INCIDENCIAS:
Partido correspondiente a la I Jornada del actual Campeonato nacional de liga de Segunda B, en su Grupo I. Al Estadio municipal de “El Toralín” acudieron unos 4.290 espectadores (según el recuento oficial efectuado), registrando de ese modo una extraordinaria entrada (más allá de lo que intuían los más optimistas vaticinios). Se guardó un minuto de respetuoso silencio en memoria de D. Manuel Corral Pérez, exdirectivo de la “Ponfe”, fallecido hace escasas fechas.
Marcelino B. Taboada