Folgueral hace balance del 2021: «nos queda la ilusión de que en 2022 Ponferrada seguirá estando muy por encima de los que a día de hoy manejan su ayuntamiento»

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Use Bierzo hace balance de lo que, para ellos, ha sido el año 2021:

Ponferrada termina el año viendo luces de colores si mira hacia arriba y suciedad y descuido en cuanto pone la vista a ras de suelo. Es el resumen más conciso que desde USE Bierzo podemos hacer de una gestión que nos ha devuelto a los años cincuenta del pasado siglo: bombillas, orquestas y fanfarria ante las cámaras tratan de ocultar la opacidad, la incompetencia y la creencia de que el dinero del contribuyente es un cheque en blanco para pagar los caprichos políticos del alcalde. En este 2021 que termina se ha cumplido el ecuador del mandato, y con ello al menos algo nos queda claro: nada de lo anunciado por Olegario Ramón cuando sucedió a su aliada del Partido Popular con el mismo socio que ella tenía una pizca de verosimilitud.

En 2021 hemos visto como la romántica y falsa pretensión de municipalizar el transporte público ha degenerado en un nuevo contrato en el que a cambio de variar el color de los autobuses el servicio le cuesta al Ayuntamiento un millón de euros más al año. Y todo ello sin contar el coste de los autobuses anticuados e incómodos que el equipo de gobierno adquirió contra los informes técnicos. Ni pantallas, ni pulseras, ni sostenibilidad, ni modernidad ni nada.

En 2021 otra mentira romántica como la de la municipalización del servicio de limpieza y recogida de residuos se ha convertido en un esperpento de licitación por lotes millonaria y fallida, iniciada a medida de los deseos del alcalde contra lo que decía la razón, los trabajadores y, finalmente, los tribunales. Y la única excusa que encuentra el equipo de gobierno para explicar por qué Ponferrada está más sucia que nunca sigue siendo la mentira goebbelsiana del extinto contrato de hace siete años. La ciudad sigue padeciendo las consecuencias de los ardides del trío Merayo/Muñoz/Ramón, que fueron los mismos que rehicieron un contrato que hoy cuesta mucho más pero funciona mucho peor que el anterior. Las consecuencias, por otra parte, de la chapuza en la municipalización del Servicio de Mantenimiento de Parques y Jardines están a la vista de todos, mientras que la incapacidad de este gobierno para licitar contratos que externalizan las funciones de este Servicio (poda, adquisición de maquinaria y herramientas,…) desiertos por segunda vez, tendrá unas consecuencias que veremos en todo su esplendor en poco tiempo

Claro, que los millones necesarios para las reprivatizaciones al gusto de Olegario Ramón tienen que salir de algún bolsillo, y ahí se termina el cuento del gobierno social. Porque el hecho de que en Ponferrada se pague dos veces por la basura afecta a toda la población, tanto a la propietaria como a la que vive de alquiler. Una población que ahora paga más impuestos que nunca justo en el peor momento. Porque la pandemia, habiendo afectado a todos por igual, al equipo de gobierno sólo le ha servido de excusa y hasta como promoción cuando convenía. En 2021 la oposición ha defendido en bloque la iniciativa de USE Bierzo para retirar el tasazo o al menos reformar el IBI para amortiguar su peso sobre el bolsillo de la ciudadanía. Y la respuesta que ha obtenido de este cuatripartito sobrevenido ha consistido en mirar a otro lado y, como siempre, inventarse leyes y normas que sólo afectan a Ponferrada.

La siguiente mentira que se cae por su propio peso en este año es la de la eterna pamplina de “poner orden en la casa”. Se presentaba la Nortada como experta en números y eficiencia, como si la senda de reducción de la deuda municipal no hubiese comenzado en 2013 con resultados que nada tienen que ver con la actualidad. Se ha pedido un crédito cada año, hasta 10 millones en préstamos en este mandato, para después dejar el presupuesto sin ejecutar y fiar cualquier mísera inversión a los remanentes de ejercicios anteriores. Eso no es poner orden. Pedir esos créditos al precio más alto a costa de una carencia que sirva para pasarle el muerto de la deuda a los que vengan detrás es oportunismo. Confiar todos los proyectos a ayudas que no llegan es infantilismo político. Y colar unos presupuestos en los que la actuación más ambiciosa con cargo a fondos propios es una aberración como asfaltar los caminos del Parque del Temple es simplemente triste. Y es que el concepto de orden de Olegario Ramón pasa por quitarse de encima aquello en lo que él no pueda dar todas las órdenes. Así, Pongesur se cierra para ser sustituida por un órgano a medida del alcalde aunque el cierre pueda implicar un coste millonario. El IMFE se cierra de forma injustificada y chapucera porque la oposición tenía voz y voto. Las fundaciones se cierran porque le molestan al equipo de gobierno, y órganos como el Patronato de Fiestas en fase de disolución bien podrían estar cerrados ya si el plan consiste en hacer únicamente lo que diga la concejal de turno.

Tampoco al final de 2021 queda un solo atisbo de la famosa decencia de Olegario Ramón. Para los anales quedan su renuencia a ejecutar la condena por vulneración de derechos fundamentales de la oposición, la esperpéntica jugarreta de la concejal del PRB ausente del pleno de junio para ganarse a un socio a cambio de reírse de la ciudadanía, el poco edificante espectáculo de la expulsión de un miembro del equipo de gobierno por disentir o la sonrojante pantomima del cuaderno azul. Eso sí, el alcalde que todo lo convierte en una rueda de prensa no ha dicho en todo el año una sola palabra sobre una presunta víctima que sigue a la espera de juicio a su presunto agresor año y medio después. Se ve que la decencia no va por barrios, sino por socios.

Si no fuera porque en el fondo se revela en qué manos está la institución, podríamos terminar el resumen de 2021 con una sonrisa recordando los papelones del equipo de gobierno. El mismo que un día instaura la zona 30 en todas las arterias de acceso a la ciudad y al día siguiente lo retira; el que se afana en la desafectación del Colegio Luis del Olmo para luego desdecirse, el que holgazanea con las Fiestas de La Encina y tiene que inventarse un programa en 48 horas, el que llora porque no le conceden subvenciones y al día siguiente se adjudica el mérito de las que le dan a otros, el que presenta los proyectos tarde y mal, el que va a llevar todo al pleno del mes que viene, el que repite comisiones informativas hasta que se vote lo que le apetece al alcalde, el que se olvida del Plan de Igualdad en la RPT, el que le echa la culpa a los ovnis de los problemas en las captaciones de agua, el del banco-mamotreto frente al Castillo…Podríamos seguir relatando los ridículos de un alcalde acabado y un equipo de gobierno, el más caro de la democracia, instalado en el sálvese quien pueda mientras no cueste mucho trabajo.

Nos queda la ilusión de que en 2022 Ponferrada seguirá estando muy por encima de los que a día de hoy manejan su Ayuntamiento. El Municipio lo ha demostrado en un año que ha sido malo, y eso lo entendemos también desde USE Bierzo, por cosas que superan el ámbito municipal. No podemos ser optimistas en cuanto a las claves que pudieran depender de Olegario Ramón, pero es cierto que El Bierzo se enfrenta a un reto que en los próximos meses puede y debe descubrir hitos importantes, que resumiremos en las próximas horas en un análisis de ámbito comarcal.

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