El PSOE de Bembibre afirma que Otero miente también con la estación de autobuses
Otero acaba de adjudicar el proyecto técnico de la estación de autobuses y anuncia que empezará la obra en enero con 600.000 € de inversión de fondos propios.
Al PSOE de Bembibre les parece una tomadura de pelo y un fraude a las expectativas de la gente que una actuación de la que se beneficia todo el Bierzo Alto se haga recaer única y exclusivamente sobre los bolsillos de los ciudadanos de Bembibre, sin aportación alguna del órgano de la Junta de Castilla y León que tiene las competencias de transporte en la comunidad autónoma y está obligado a subvencionar la construcción de una infraestructura de este tipo.
Y les parece mucho peor cuando Otero se postulaba para alcalde de Bembibre a base de presumir que él sí sabía dónde estaban las llaves que abrían las puertas del dinero de la Junta. Pues ya lo hemos visto: ni un euro de inversiones para Bembibre en todo el mandato electoral y ahora le perdona que se vaya de rositas en uno de los proyectos que ineludiblemente la Junta tiene el deber de afrontar. Lo van a afrontar a su pesar, eso sí, todos los vecinos de Bembibre, privándose de iluminación y limpieza en las calles y los parques, del mantenimiento de sus necesidades más básicas y, en general, de todo tipo de realizaciones que mejoren su calidad de vida.
Mucho más grave y una auténtica golfada les parece que, después de tres años y pico de inactividad, a Otero se le ocurra abordar esta obra inmediatamente antes de las próximas elecciones municipales. Otero es consciente de que no tiene ningún logro que presentar a los ciudadanos de Bembibre y ahora pretende promocionarse a su costa, es decir, haciéndoles pagar la estación de autobuses para que esta disimule y maquille su nefasta gestión municipal. Una maniobra tan burda se ve a la legua y sin duda se volverá contra quien la realiza.
El PSOE cree que ya está bien de barullos, de populismos, de promesas incumplidas y de mentiras para querer aparentar lo que no se hace. Ya está bien de metérsela doblada a la gente para querer aparecer como un artista de las finanzas. Otero nunca soñó con llegar tan alto, ni Bembibre con caer tan bajo.