Condenado el director de un medio berciano: tenía que pasar y ha pasado
En las últimas jornadas, no son pocos los medios, incluso a nivel nacional, que se han echo eco de la condena al director de un medio digital de El Bierzo por amenazar de muerte a una periodista.
La condena ha llegado, y ya ha tardado, al menos la primera que se ha hecho pública. Y se veía venir desde hace mucho tiempo. Esta persona está totalmente obsesionada por ser el supuesto número uno, pisando, insultando y amenazando a quien haga falta, no vaya a ser que lo sea por méritos propios. Cualquiera que le haga sombra aunque sea tan solo a una uña del pie, que se prepare para el ritual de siempre: comenzarán las amenazas, los insultos y el presionar y amenazar a administraciones, políticos y demás para que le censuren y no lo apoyen, como si de un ser supremo se tratara. Y lo peor de todo es alguna administración y algún político que le siguen el juego, sabiendo cómo es el personaje en cuestión.
Pocas deben de ser las personas en nuestro querido Bierzo que faltan por ser amenazadas o bloqueadas por simplemente contestar a sus redes sociales advirtiendo que está metiendo la pata… pero como es dios, eso no entra en su vocabulario.
“Lo ves primero aquí”, “exclusiva” y cosas así, se pueden ver cada poco, aunque esa noticia ya lleve horas en otros medios. Lo que haga falta por seguir alimentando a su ego y seguir engañando a sus lectores, que por cierto, según él tiene más lectores que personas tiene El Bierzo. O dicho de otra manera: cualquier habitante berciano desde el recién nacido hasta el abuelo de 100 años, entra al menos una vez en su web de noticias. Más ego para engañarse a si mismo y seguir engañando a los ya solamente 4 que se lo creen. El resto ya no.
En esta ocasión, ha tenido que ser una periodista de León la valiente que le ha plantado cara, quien recibió las famosas amenazas (de muerte) y como no, sus famosas frases: “no sabes quien soy yo, voy ir a por ti”. No se si dan más risa o pena, pero en esta ocasión, un juez se las ha tomado en serio y le ha condenado, tal y como afirma la sentencia firme que está en mi poder. Y, me temo, que no será (ni ha sido, seguramente) la primera condena, ya que el personaje en cuestión no es, ni será, capaz de ser el mejor en nada por méritos propios, si no que seguirá insistiendo en serlo queriendo hundir a quien hace las cosas bien, sin meterse con nadie.
Esta misma periodista, ha asegurado en sus redes que ahora viene la reclamación civil por robarle su trabajo. Por ese robo comenzó todo, ya que el dios de la información berciana se piensa que puede aprovecharse del trabajo de cualquiera y usar fotos e información sin permiso. Lejos de admitir el error y pedir disculpas, según la denunciante así se hubiera solucionado todo, comenzó con su retahíla de dios berciano. Con todos los respetos a El Bierzo, suerte que este señor no está en Madrid o en cualquier otro sitio grande, si no entonces no sé donde llegaría el nivel de sus amenazas. O tal vez todo lo contrario, allí se lo comerían con patatas porque no sería nadie, al igual que en Ponferrada, solo que aquí se le ha permitido mucho, y de aquellos polvos vienen estos lodos.
Tenía que pasar, y ha pasado. Y desde mi humilde opinión, aún ha tenido hasta suerte, ya que esto se ha solucionado en los juzgados. Con esa actitud, algún día se topará con la horma de su zapato y es posible que el resultado sea otro.
Por cierto, no deja de ser graciosa su respuesta, una vez más, negando la mayor, a pesar de que la sentencia firme ya está en todos los Whats App de El Bierzo, tachando la noticia de fake news, como que él no pone ninguna fake de campeonato (y si se lo dices, bloqueado de todas las redes). Y los memes no han tardado. Si es que ni eso es capaz de pensar.
A ver si gracias a este revuelo que se ha montado, algunos políticos y funcionarios bercianos empiezan a tenerle menos miedo, cosa que aún no entiendo por qué, y lo empiezan a poner en el sitio que se merece.
Mientras tanto, los demás seguiremos trabajando, humildemente y a lo nuestro, y queriendo ser los mejores a costa de nuestro trabajo y de hacer bien las cosas, no a costa de querer hundir a los demás.