APUNTES ELECTORALES (y II): ‘PONFERRADA RECUPERA, EN PARTE, SU CONDICIÓN DE “MAGIC TOWN” ELECTORAL.’
Se terminó una jornada electoral con alegrías y decepciones, las primeras destinadas a los partidos tradicionales y las segundas a los modernos o más recientes.
En primer lugar, cabe subrayar que la impresión sobre una participación similar a los comicios anteriores de referencia no se cumplió. Y repetimos la tónica general de todo el territorio nacional (-3,38% en el conjunto estatal y -3,58% en la capital berciana, pendientes aún del voto “del exterior”).
Pero lo único que conviene resaltar, amén del triunfo incontestable, es la continuidad en la reproducción del comportamiento de los electores españoles en Ponferrada, si bien no mimético y con ciertas salvedades que es imprescindible comentar. Lógicamente, al no contar en la comarca ni en la provincia con formaciones netamente nacionalistas, los distintos contendientes alcanzar unas cifras algo superiores a la media de España… aunque no siempre. Así, el Partido Popular (33,85% vs. 32,99%), el P. S. O. E. (27,57% en comparación con el 22,71%). Esta desviación, pues, de 4,66% es apreciable y notable. Todavía es más evidente que Ciudadanos, cuando parecería que tendría que mejorar con respecto a otros ámbitos territoriales, retrocede: 12,73%, en vez de 13,01%. En cambio, a la espera de otras perspectivas, Unidos Podemos obtiene un registro del 23,2% (enfrente y contrastando con el 21,11% global).
Mas lo expresado se ha de cohonestar también con otra realidad y enfoque, puesto que es “un desastre sin paliativos” desde otro punto de vista. Si sumamos aritméticamente lo conseguido por Podemos y sus coaligados y socios, En Común, el resultado es contundente: 29,66%. Por tanto, contemplando este enfoque, se puede concluir que “no ha habido el aguardado “sorpasso” sino un “sorpresazo” monumental”.
Continuando con otras poblaciones bercianas se ha de admitir una tendencia más progresista, no uniforme ni constante. De los principales municipios, por demografía, no sucede lo mismo en este aspecto comicial: mientras que en Bembibre y Cacabelos gana el P. P., en Fabero y Camponaraya la victoria corresponde al P. S. O. E.
Asimismo en las poblaciones mineras (o que antaño lo fueron) se muestra con claridad una propensión al voto “progresista” y/o alternativo con excepciones: Bembibre, Castropodame o Noceda del Bierzo, por ejemplo. Por otro lado, prácticamente toda la cuenca minera del Valle del Sil y la faberense suponen una aportación sustancial a las aspiraciones socialistas. Incluso, en la hermana comarca lacianiega, el P. P. es relegado a la tercera posición (lo cual era de suponer).
En lo que respecta a Ayuntamientos, más bien reducidos en número de residentes, la distribución y orientación del voto varía, véase los casos de A Veiga de Valcarce y Barjas, de Puente de Domingo Flórez y Benuza, de Sobrado y Oencia, estas dos últimas en contraposición a Toral de los Vados, de Candín y Peranzanes.
Si se desea comprobar más pormenores en torno a los precisos datos, es dado acudir a los siguientes enlaces: http://www.recetum.com/noticias/asi-voto-el-bierzo-este-26j/ o al oficial alojado en http://generales2016.infoelecciones.es/ (no disponible de momento*: resultados parciales o provisionales, acceder por provincia: León y municipio) o, preferentemente, recorriendo el mapa proporcionado en http://www.eldiario.es/politica/MAPA-Resultado-electoral-municipio_0_530897586.html.
En definitiva, el 26J no se constituyó, en ningún caso, a modo de un día anodino o intrascendente, cumpliendo la misión indispensable de consultar a los ciudadanos sobre la «gobernabilidad de nuestra nación». Dejamos, en consecuencia, la interpretación a la inteligencia de los políticos.
Marcelino B. Taboada