(Artículo de opinión) 2ª Epístola de «Sánchez a los españoles»
(Artículo de opinión)
2ª Epístola de «Sánchez a los españoles»
«Del Templo me quieren echar las ordas de «hombres malos» con falsos testimonios fruto de la envidia y de la ira».
Lo primero que me «choca» de esta nueva moda que tienen «nuestro Mesías», es la de emplear «cartas escritas» para dirigirse a los «feligreses» en vez de emplear alguna red social, estando como estamos en la NextGeneration y en la digitalización. ¿Igual tiene miedo a ser «hackeado»?
Lo segundo que es de destacar, es el «cuajo» que tienen los diferentes medios de comunicación para publicar semejantes epístolas «llenas de amor hacia los prójimos y las prójimas». Eso sí, quien las publica no es «de la máquina del fango», pero si no lo haces, eres de «extremaderecha», «fascista», «tierraplanista», «bebelejías»,….. Porque las palaras de «nuestro Mesías» son «dogmas de fe», algo que hay que creer porque el «summum de la virilidad» lo dice y punto. ¡¡Bienaventurados aquellos que «propagan» la «palabra» del Mesías»!!
Entre lo»feligreses» a los que se dirigen estas epístolas, nos encontramos con «los justos» (los de la justicia), que no hay que ser muy avezado para, entre líneas, ver la opinión que tiene de ellos «nuestro Mesías». Claro está, si estos fueran realmente «libres» podrían «alzar la voz», pero ya se sabe que la libertad exige de unos compromisos con el resto de los feligreses que a muchos de ellos les dan igual y no cumplen. Lo de que «todos somos hijos de Dios» no está en el «catecismo» de muchos de ellos.
También nos encontramos con los «acólitos», monaguillos que ayudan a los sacerdotes en la misa y en otros actos litúrgicos, que da igual «la palabra», siempre se «debe creer en ella», a «piesjuntillas», porque están convencidos de que «el Mesías» es «el elegido» y un «derroche de bondad» celestial, aunque vean luego que «se pide para Dios, pero no se da ni para Cristo».
Y luego nos quedan «los mansos», los que creen que con la idea de no hacer nada, heredarán «el cielo».
Un «Mesías no miente», solo «cambia de opinión». Un «Mesías nunca busca el beneficio personal» siempre «busca lo mejor para sus seguidores».
Tras todo esto, y viendo el gusto que le ha surgido a «nuestro señor» por las epístolas, solo se me ocurre una frase: ¡¡Bienvenidos a la secta!!