CRÓNICAS DE MI BARRIO
Este breve relato tiene como razón primigenia la convertirse en el prolegómeno de otros varios, que versarán en torno a las preocupaciones y comentarios críticos cotidianos del vecindario ponferradino.
Recuerda el que procede a expresarse seguidamente que, en la década de los 70 y en plena época de auge en cuanto a la audiencia notable y en progresión de los medios audiovisuales del momento, se reproducía circunstancialmente un formato reiterado en algunos de ellos: las diatribas personalizadas del personaje prestigiado (cronista oficial u oficioso) que, en un afán constructivo, jocoso, y no exento de un tono apreciablemente ofensivo, transmitía las inquietudes de la ciudadanía más próxima respecto a la labor de los munícipes en cuestión. Sirvan, a título de exponentes señeros cercanos y peculiares, el “Ventanal de la ciudad” (Radio Juventud), las diatribas y pullas que lanzaba acertadamente el ínclito literato renombrado y lírico Victoriano Crémer contra los ediles de la capital provincial o los artículos que, mediante una mezcla de ironía, sarcasmo, ingeniosidad y calculadas alusiones (retrancas con intención cáustica), estimulaban la imaginación de los periodistas y oyentes a fin de no molestar excesivamente al régimen de entonces y así evitar exponerse a sus reacciones purgatorias. Por este singular motivo, era admirable contemplar el buen uso de los recursos disponibles propios de las correspondientes plumas aceradas de autores contrastados o guionistas ocurrentes, la utilización de acerbas referencias a las modas o a los habituales usos contingentes de las élites y asimisno la reiteración estilística de juegos de palabras, giros hiperbólicos o la manipulación semántica de términos populares contradictorios o dialectológicos y retruécanos retóricos.
En esta precisa entrega no se trata, sin embargo, de simplemente retrotraerse a situaciones pretéritas ya superadas, sino a mostrar o patentizar ciertas carencias (que provienen la mayoría, en su conjunto, del siglo pasado o que surgieron a guisa de iniciativas tiempo ha).
A pesar de su añeja formulación y su vigencia demostrada, larga y cumplidamente, ello no supone ninguna exigencia urgente de actualidad (si bien su conveniencia se halla avalada por el sentido común). La causa o justificación básica para aplazar unos meses el abordaje de tales temas se debe a la inestabilidad política general –de manera prolongada en diversos ámbitos– y, fundamentalmente, a que todavía se arrastran lastres de una (o varias) gestiones anteriores (principio de oportunidad y/o equidad relativa): es preciso, pues, aguardar a la aprobación de novedosos presupuestos y su ejecución. A mayor abundamiento, la pretensión actual de consultar a grupos y sectores de la sociedad civil –ante el posible empleo alternativo o preferente de los remanentes del último ejercicio a liquidar– semeja adoptarse a los efectos de llevar a cabo un intento de incentivar prácticamente la participación real y la democracia directa, en un propósito declarado de fomentar la transparencia y la rendición anticipada o puntual de cuentas.
Por tanto, a renglón seguido, se plasman unos apartados cuyo tratamiento se antoja indispensable por una serie amplia de argumentos concluyentes, entre los cuales: su absoluta función social y convivencial, a modo de mejora y/o instrumento paliativo de todo tipo de degradaciones y deficiencias, y su virtualidad consensual y de integraciión comunitaria. Y, ante todo ‒por incidir en la vida diaria de los residentes y, por ende, debido a su total justicia y justeza (y no simplemente por constituir un agravio comparativo en relación a urbes similares)– es obvio que la comarca berciana se halla en una encrucijada histórica, afectada por unos riesgos y avatares únicos y complejos. Un apartado específico lo componen también aquellas adaptaciones vinculadas a una lógica de complementariedad urbanística, medioambiental, deportiva,… en constante mudanza y conllevadoras de una relativa premura en su afrontamiento, ante la inexorabilidad de una evolución demográfica irreversible y que comportará un cambio de algunos paradigmas (lo que representa la adopción activa de toda una panoplia de retos, perspectivas y demandas actuales, al mismo tiempo que nos reclama previsiones atinadas y con vocación de viabilidad futura),…
En función y con carácter de resumen ilustrativo, estas parcelas de actuación pueden resultar clarificadoras de las materias objeto de un desarrollo posterior pormenorizado:
— Cuidado, adecentamiento y mantenimiento de viales y elementos anexos: aceras, calzadas, calles, pasos de cebra,… así como la necesidad de vigilancia y regulación continua de las terrazas y otras instalaciones (fijas o móviles) invasoras de los espacios peatonales.
— Conservación de la red de alcantarillado y evacuación de aguas residuales, así como sustitución de las conducciones obsoletas o en riesgo de sufrir fugas o fallos inminentes.
— Estudio e implementación subsiguiente de las conclusiones técnicas colegiadas y adecuación y rectificación, en su caso, de todas las medidas y medios que permitan una accesibilidad completa de las personas mayores o con diversas dificultades de movilidad, que vienen generadas a su vez por su grado de discapacidad y/o que provienen en origen de frecuentes patologías crónicas o recurrentemente dominantes (en estos grupos de población significativamente deprivada).
— Creación de itinerarios funcionales destinados a carriles-bici y realización de un proyecto piloto, afectando respectivamente a un carril orgánico y al empleo experimental del patinete eléctrico (ambos por separado).
— Ampliación de los servicios que contienen los jardines públicos (en concreto, en su dimensión didáctica y lúdica), simultáneamente a la procura y estudio de su adaptabilidad a la modernidad y a adicionales o accesorios menesteres preferentes o en boga.
— Ejecutar un plan de transporte público, previamente elaborado, y efectuar una campaña de concienciación y ofrecer sustancialmente una serie de ventajas atractivas a los usuarios del TUP.
Además, en un plano atinente a crear espacios que completen el tipo de ciudad abierta y confortable, habitable y ecológicamente sostenible a aspirar, cabe colacionar tres proyectos reseñables (sin agotar otros varios, casos de la Estación integral de montaña del Morredero o el Parque Forestal del Pajariel y, por ejemplo, las instalaciones y servicios a ellos asociados):
— Cubrición o soterramiento del Canal Bajo del Bierzo, en un marco europeo de ahorro de agua, modernización de regadíos, eficiencias de todo tipo y economía sostenible.
— Construcción de un paseo fluvial hasta Toral de Merayo, que permita análogamente asimilarse a otras localidades, reconocidas por representar enclaves con ríos importantes (Zamora, Lugo, Ourense) y que han impulsado una aquilatada tradición competitiva en el mundo de los deportes fluviales náuticos. El frustado Lago del Pajariel es un exponente palmario de la incuria de nuestros gobernantes del Ayuntamiento y demás miembros de la Corporación.
— El acondicionamiento de la Ronda Sur, que clausure definitivamente el ciclo circunvalatorio y abra una etapa prometedora que afecta a barrios bastante populosos (Flores del Sil, La Estación,…), a través de Las Quintas y que termine en el pueblo de San Lorenzo. Esta infraestructura se ligaría a alcanzar sinérgicamente un objetivo finalista o teleológico: el de “recuperar totalmente el río Sil, en clave de disfrute en los terrenos del ocio, la cultura, la salud y el medio natural”.
Por último, una de las reivindicaciones mantenidas por colectivos, asociaciones, ONGs,… se relaciona con la dinamización de las iniciativas y la puesta en valor de las aportaciones surgidas en los distintos grupos de edad, centradas en los campos ligados a la juventud, tercera edad y la respuesta a las inquietudes de los residentes, de cualquier clase y extracción. Hace falta, por tanto, proporcionarles lugares físicos adecuados a sus tareas y labores (de acuerdo a sus finalidades y planificación secuencial): los colegios clausurados, los edificios públicos abandonados, el Conservatorio o los locales del Parque de la Concordia se revelan diáfanamente, destinados por su ubicación a transformarse sedes a rehabilitar y prestar su servicio (siempre a disposición incondicional y acorde con los posibles ocupantes).
Durante períodos determinados se ha distinguido entre “opinión pública” y “opinión publicada”. La primera es la auténtica, mientras que la segunda pretende normalmente incidir o influir en la precedente y distraer de lo verdaderamente importante. Se produce, en consecuencia, una tensión dialéctica permanente y conflictiva entre ambas. En esta tesitura resultará pertinente acudir a lo que se considera “vox pópuli”, a fuer de primar la sinceridad y la incidencia diaria y palpable de los asuntos.
Continuaremos informando…
Marcelino B. Taboada