Ion Izagirre campeón de España.
Ion Izagirre (Movistar) es el nuevo campeón de España tras haber entrado junto a su compañero Alejandro Valverde, que afrontaron escapados los últimos kilómetros, aunque el guipuzcoano había atacado en la primera subida y el murciano aprovechaba la parte final del último repecho para alcanzar a su compañero… y probar el sitio idóneo donde se puede jugar el Mundial de Ponferrada el próximo mes de septiembre.
A 10 segundos llegaba un grupo de veinte corredores que esprintaba por el bronce que se adjudicaba Carlos Barbero (Fundación Euskadi) por delante de Luis León Sánchez (Caja Rural-RGA) y Eduard Prades (OFM Quinta), en un resultado que le supo a poco, ya que el conjunto vasco quiso romper en la parte final el guión establecido que auguraba ese triunfo Movistar. Pero con 17 corredores en liza, y en perfecto estado de forma, estaba muy claro que el triunfo no se les debía escapar, aunque ello no le pareció suficiente al ciclista burgalés.
En ese grupo solo entraba un élite, el conquense Cristian Cañada (Mutua de Levante), con lo que se hacía con el segundo rojigualdo del día, acompañado en el podio por Aritz Bagues (Gipuzkoa) y Pedro Merino (Super Froiz), que cedían 30 y 2-23 respectivamente respecto al ganador absoluto.
Colaboración en la escapada
La carrera tuvo dos partes muy definidas. La primera se correspondió con las nueve primeras vueltas. Casi de salida se produjo un ataque, que sería el embrión de una escapada a la que se irían incorporando varios hombres hasta ser una decena: Gari Bravo (Efapel), Alvaro Cuadros (Etixx), Carlos Verona (Omega Pharma), Francisco Mancebo (Skydive Dubai), Illart Zuazubiskar (Euskadi), Pablo Torres y Juanjo Oroz (Burgos-BH), Amets Txurruka, Lluis Mas y Antonio Molina (Caja Rural). Un grupo en el que no había ningún élite –que desaprovecharon una excelente oportunidad para dejarse ver-, que se entendió perfectamente y que trabajó mancomunadamente para que la fuga prosperase, algo difícil por la ausencia de los Movistar.
De hecho, la escuadra telefónica impuso un ritmo sostenido, fuerte incluso en algunos momentos, para que los diez de cabeza no cogieran demasiada renta. De hecho, la máxima diferencia fue de 4-00 en el segundo puerto del tercer giro. Y así hasta la penúltima vuelta, con diferencias de 3-10 al término de la quinta, 2-45 en la séptima o 2-15 en la octava. En esos momentos, Torres y Mas ya habían cedido.
El noveno paso por meta, con 1-05 fue el principio del fin y el paso a la segunda y definitiva fase de la carrera. Y la prueba no fue solo la reducción de unidades en la fuga, sino en el propio pelotón, que pasaba en pocos kilómetros de tener un centenar de hombres a apenas cuarenta. Txurruka y Verona eran los últimos en ceder, pero en el km. 78, al paso por el segundo alto, eran neutralizados, momento que aprovechaba Erviti para marcharse en el descenso.
La valentía de Euskadi
La Fundación Euskadi ya había cogido las riendas de la prueba intentando que el Nacional no fuese un monólogo de Movistar para jugar las bazas de Barbero en una posible llegada en grupo. El navarro no pudo sacar más de 18 segundos para verse atrapado en el km. 189 –en el alto del Pantano-, momento en que se producía el relevo a cargo de Izagirre, que se vería acompañado tras coronar el segundo puerto por Valverde.
Los dos Movistar ya no tuvieron problema hasta llegar a meta donde el reparto de medallas coincidió con el homenaje al siempre recordado Rufino Murguía, fallecido hace un año cuando se trasladaba al Nacional de Bembibre. Entonces Izagirre no pudo dedicarle el triunfo, recibiendo la plata con lágrimas en los ojos; ahora sí ha podido ser.
Por su parte, el nuevo campeón de España élite, el conquense Cañada, nos decía que estaba muy contento porque es un triunfo muy importante y espero que me sirva para tener un equipo profesional. La carrera ha sido muy dura sobre todo cuando han apretado en las dos últimas vueltas. El ritmo era muy fuerte y ha habido que morder el manillar y aguantar. Pero me he encontrado muy bien. La verdad es que no sé cuando me he quedado como el único élite del grupo. En la primera subida yo iba siempre lo más adelante que podía, se ha comenzado a quedar gente y ya arriba he victo que estaba solo. Ahí ya he tenido que dejar el resto, pero ha merecido la pena”.
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