Izquierda Unida se reunió con la Junta de personal del Hospital de El Bierzo
Izquierda Unida en Ponferrada mantuvo una reunión a finales de la semana pasada con la Junta de personal del Hospital. La comunicación de dicho encuentro se pospuso, para respetar escrupulosamente los principios de la jornada de reflexión previa a las Elecciones Generales del pasado domingo.
Los miembros de la formación que mantuvieron este contacto, encabezados por el candidato a la Alcaldía de Ponferrada por Izquierda Unida, Javi Arias, encontraron en el Hospital un equipo humano extraordinario que es capaz, pese a las dificultades, de sacar adelante el día a día de una institución tan voluminosa como importante.
El principal problema que hay en el Hospital de El Bierzo es la falta de especialistas. Faltan médicos y médicas.
En cirugía pediátrica, todo se manda a León (con lo que supone para las familias de desplazamiento y desgaste emocional). En geriatría, y hablamos de una zona poblacionalmente envejecida, los efectivos se reducen a una persona.
La ausencia de servicio de radiología genera situaciones que merecen replantear la deriva del actual modelo de servicio de salud. De primeras, hay que ir a León. Pero si esta unidad, como puede suceder por mantenimiento, está parda, se han de realizar desplazamientos a Valladolid o Salamanca.
Esto supone para numerosas personas en un estado delicado de salud una jornada de viaje en ambulancia que comienza a las 7 de la mañana, cuando les empiezan a recoger, y que termina casi de noche cuando todos han acabado y pueden regresar.
La falta de camas genera retrasos que los conciertos no solucionan
Los cierres de camas tienen consecuencias en el funcionamiento ordinario del Hospital en forma de retrasos en las operaciones. La recuperación de una intervención quirúrgica forma parte de la planificación de la misma, por lo que si no hay camas disponibles no se puede avanzar en la lista de espera.
Del mismo modo, las instalaciones para realizar rehabilitaciones (por ejemplo de traumatología) son limitadas y según se vayan dando altas en este servicio se pueden planificar nuevas intervenciones en quirófano.
El modelo de externalizaciones, cuyo objetivo es el lucro de unos pocos con el dinero de todos, no soluciona estos retrasos. En el caso de las intervenciones que requieren rehabilitación, porque este proceso, que es parte de la asistencia médica requerida, se realiza en el centro público, con lo que externalizar la cirugía no hace avanzar la lista en términos reales.
Esto nos lleva a que la computación de los días de espera se está haciendo para que los políticos hagan propaganda, no para medir la situación real del servicio: se cuentan los días «de espera» desde la última prueba previa a la operación, no desde el momento que se sabe que tienen que operarte (que llega a ser el doble).
Es decir: lo que numera la llamada «lista de espera» no es el tiempo que una persona tiene que esperar para operarse, sino el tramo final (necesariamente menor al total) de ese proceso. Hacer esto así es únicamente maquillar los problemas para dar a entender al pueblo lo que no es, sin tener voluntad real de hacer un análisis concreto de la situación concreta.
La computación interesada de los «días de espera» es la menos importe de las cuestiones que ocurren en la sanidad pública, pero su interés ocultista, propagandístico y el efecto contraproducente que suponen es muy simbólico.
La sanidad pública está viendo recortados sus ingresos en favor de conciertos con la sanidad privada que, de nuevo con mucha propaganda, se nos venden como favorables.
Cuando en verdad no lo son porque
- resultan más caros que el procedimiento en un Hospital público;
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no acortan la lista de espera real, entendiendo por ello el tiempo que una persona espera para ser operada;
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suponen una merma en la inversión en personal y medios de los centros del sistema público de salud;
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y sobreviven, en definitiva, en virtud de una voracidad de lucro que no debería ser alimentada por el dinero público, aunque de hecho se haga, contra su propio interés.
El problema de aparcamiento, la propuesta de Izquierda Unida
Izquierda Unida en Ponferrada ya propuso y perseverará en su idea de adecuar el recinto antiguamente dedicado a los bomberos para aparcamiento en las inmediaciones del Hospital de El Bierzo.
La situación del párking de esta institución sanitaria es mala pues está desbordado por el volumen de tránsito de personas que tiene un hospital que, recordemos, atiende a pacientes de cuatro comarcas en dos comunidades autónomas.
Adecuar esta zona para el uso que se señala, manteniendo siempre la gratuidad y la gestión pública del mismo, es posible y serviría para mejorar el día a día de los trabajadores y trabajadoras que con tanto esfuerzo sacan adelante su labor diaria a pesar de unos dirigentes políticos solo preocupados de maquillar las cifras para que no reflejen la realidad, en vez de solucionar sus problemas; y para pacientes y visitantes, que merecen que se les facilite el tránsito por un lugar al que debe ser fácil acceder.
La gestión directa de un aparcamiento público es una cuestión de decencia en tanto que las externalizaciones de gestión de este tipo de infraestructuras son el colmo de la desfachatez, siendo su concesión, tal y como ocurre con la zona azul, una especie de derecho de pontazgo medieval injustificado.
Las concesionarias de la zona azul:
- no construyen la infraestructura de cuya explotación se lucran;
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no limpian la infraestructura de cuya explotación se lucran;
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no reparan la infraestructura de cuya explotación se lucran;
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no proveen al usuario de ningún valor añadido, tal y como sí ocurre en los parkings privados en los que los vehículos cuentan con vigilancia y seguro de daños.
El Ayuntamiento de Ponferrada puede y debe mejorar y aumentar la dotación de aparcamientos del Hospital de El Bierzo. Así lo consideró Javi Arias y el resto de los miembros de Izquierda Unida en la mencionada reunión, en la que se planteó este tema no solo como una necesidad sino como una cuestión que será la demostración primera de apoyo a todas las reclamaciones de los y las profesionales del sector sanitario. Porque es posible. Y porque se debe.