La Deportiva continúa afectada por una dinámica negativa y su trayectoria reciente no augura demasiadas alegrías
Su racha de resultados y juego no genera apenas ilusión: el equipo ponferradino acumula una decena de encuentros sin ganar y únicamente contabiliza un tanto en el conjunto de los seis últimos enfrentamientos ligueros. Algo que ya constituye una llamada de alarma ante la poca efectividad ofensiva del cuadro ahora entrenado por “Fabri”. Sin embargo, no cabe adjudicar ninguna responsabilidad al recién “aterrizado” técnico lucense que, tras un par de entrenamientos, aún le hará falta más tiempo para solventar los fallos relevantes detectados.
Los de la ciudad del Califa también venían urgidos después de entrar en una racha descendente, lo que era un aviso de abandono en la disputa por los puestos de ascenso directo (si no se corregía tal tendencia “a menos”). No obstante, las visitas de los andaluces al Bierzo se habían saldado habitualmente – las precedentes – con buenos marcadores, que venían a paliar otros desplazamiento con menor éxito.
Ambas escuadras formaron de principio obedeciendo al mismo planteamiento táctico (4-4-2). Los blanquiazules adoptaban esta novedosa posición de efectivos sobre el césped (que enmienda el 4-2-3-1 mantenido anteriormente) y los de la ciudad de la Mezquita se servían de este marco obligados, en cierto modo, por la ausencia de su máximo artillero: el rumano Florin Andone.
Al inicio del choque los anfitriones salieron con una ambición inusitada, al contrario que en otras ocasiones. En el minuto 2 se produjo la ejecución de un golpe franco por parte del faberense Adán Gurdiel, que rechazó perfectamente situado el cancerbero Razak. Y, casi acto seguido, el ex-merengue Melero se benefició de una confusión en el interior del área de sus rivales. Disparó, en medio de un bosque de piernas, pero su tiro “mordido” se encaminó hacia fuera del portal.
De cualquier manera esta tónica no se transformaría en dominante. Pronto los foráneos se sacudieron el relativo control y dominio al que eran sometidos. Y crearon una estupenda opción para adelantarse en el luminoso: el zaguero Stankevicius conectaría un cabezazo y el guardameta Dinu Moldovan reaccionaría – adornándose – con una oportuna parada.
El juego y la contienda deportiva, a partir de estas contingencias, se convirtió en una serie de lances de “ida y vuelta”, de ataques y contragolpes. Mas la suerte determinó que el desequilibrio lo lograran los verdiblancos. En el minuto 23 el onubense Fidel consiguió rematar de volea (de forma excepcional) e introdujo el cuero en las mallas de los bercianos. Su excelente definición fue facilitada por el pase medido que le proporcionó, al segundo palo, desde la banda Stankevicius.
Tras este golpe desmoralizante, los jugadores de la “Ponfe” pusieron empeño aunque sin acierto. Y el más destacado en esta faceta fue el incansable liberiano Jebor.
Lo peor, a pesar de esperado, llegó en las postrimerías del primer período. En el minuto 42 el mediocentro Gonzalo Melero entregó inocentemente la pelota a sus contrincantes. Estos aprovecharían el error con un rápido avance. El balón lo condujo Víctor Pérez y se lo sirvió correctamente a Xisco, que obtuvo la diana con facilidad.
Esta mitad de apertura supuso toda una lección: la ansiedad y las premuras son, a menudo, malas consejeras.
El segundo acto corrió en el sentido aguardado. El equipo de José L. Oltra se dedicaba a distraer el discurrir de la pelota, a ralentizar el ritmo de las jugadas y a reafirmarse en la retaguardia.
Y el discurrir temporal era inexorable y, por añadidura, bastante aburrido para la parroquia asistente. Y, además, en el minuto 56 los de camiseta “franjiverde” estuvieron a punto de aumentar su ventaja. Un participante dotado de calidad, Pedro Ríos, le elaboró una oportunidad clamorosa a su compañero Markovic. Este, haciendo casi omiso de la ubicación en solitario y del desmarque notorio de Xisco, se jugó la apuesta a un “mano a mano” con Dinu (siendo este, precisamente, el más expeditivo y triunfador).
Los discípulos de “Fabri” González pugnaban por acceder al marco de sus oponentes por la zona central. Ello se evidenciaba, en cambio, como una estrategia poco convincente.
Cuando transcurría el minuto 84, inopinadamente puesto que ya no era previsible alteración alguna, el portugués Caiado redujo distancias en el electrónico. Acorán fue el artífice ya que realizó una intervención personal que, en la práctica, quedaba simplemente por materializar sin excesivos obstáculos.
Esta dosis de júbilo, contagiada a los graderíos, exclusivamente duraría un intervalo algo superior a los tres minutos. Entonces, Markovic empalmó y, mediante un derechazo soberbio, protagonizó el “broche final” de los sureños.
En definitiva, todo lo que impida una caída a los lugares de riesgo de pérdida de categoría en el bando de la S. D. Ponferradina pasa por una mudanza pronta y sustancial, empezando por alcanzar otra vez la victoria ante los “cachorros” bilbaínos esta próxima semana.
ALINEACIONES:
- D. PONFERRADINA:
Dinu Moldovan; Gurdiel, Alan, Miquel (min. 46, Camille), Casado; Andy, Acorán, David Caiado, Gonzalo Melero (min. 62, Aguza); William Jebor y Djordjevic.
CÓRDOBA C. F.:
Razak; Stankevicius, Rodas, Deivid, Cisma; Víctor Pérez, Pedro Ríos, Sassa Markovic, Eddy Silvestre (min. 76, Gálvez); Fidel (min. 67, Nando) y Xisco (min. 85, De Tomás).
GOLES: 0-1 (Fidel, 23′), 0-2 (Xisco, 42′), 1-2 (David Caiado, 84′), 1-3 (Sassa Markovic, 88′).
ÁRBITRO:
El Sr. José R. Piñeiro Crespo, del Comité asturiano. Amonestó con cartulinas amarillas a Andy (min. 8) y Caiado (min. 30), en el bando deportivista; y a Rodas (min. 2), Deivid (min. 35) y Eddy Silvestre (min. 51), por el lado cordobesista.
INCIDENCIAS:
Partido correspondiente a la 26ª Jornada de la Liga Adelante, cuyo escenario fue el Estadio de “El Toralín” de Ponferrada. La entrada (conforme al registro oficial, la afluencia rebasó los 3.800 aficionados), que es preciso considerarla algo floja, muestra un cansancio o hartazago de una minoría de seguidores. En los prolegómenos del espectáculo futbolístico se guardó un minuto de silencio, “en memoria” y conjuntamente, por: Virginio Sánchez, “Gini”, ex-componente de la plantilla de la S. D. Ponferradina y Presidente de la Asociación de jugadores veteranos del mismo club; y Fernando “Nando” Yosu, en recuerdo de su etapa de permanencia como director del primer plantel blanquiazul.
Marcelino B. Taboada