La Deportiva, en un encuentro poco vistoso pero bien planteado, derrotó a uno de sus rivales directos en la lucha por eludir el descenso (superándolo ahora también en el “goal average” particular)
Los oscenses se venían caracterizando recientemente por ser invencibles lejos de su feudo, situación que han conservado durante casi dos meses. Consecuentemente, los blanquiazules tenían ante sí un reto y sus oponentes no podían ceder tras ser derrotados el pasado miércoles por otro previsible contendiente para alejarse de los lugares peligrosos: el R. C. D. Mallorca.
Y es que parece que el efecto “Fabri”, con un pequeño retraso, comienza a notarse y sus jugadores evidencian una mayor moral e implicación.
El choque empezó con excelentes augurios para los locales. Hasta tres saques de esquina fueron botados por el especialista Álvaro Antón. Y, en la tercera ocasión, la pelota fue cabeceada por el central Antonio Raíllo. Su desvío de la trayectoria de la pelota la permitió llegar a la posición donde se encontraba Aguza – lesionado hacía escasos momentos -, que conectó con el esférico para introducirlo en el fondo de las mallas (desde la “boca de gol”).
Los foráneos intentaron, a partir de esta contingencia desfavorable, crear oportunidades que desembocaran en el empate en el electrónico. Mas no eran capaces de trenzar combinaciones y desarrollar avances “con visos” de éxito. Sin embargo, los ponferradinos sí dispusieron de dos estupendas opciones a fin de incrementar su ventaja:
En el minuto 27, en la conclusión de un contraataque completado por los bercianos, Álvaro Antón no acertó a rematar un servicio adecuado del tinerfeño Acorán. La progresión, en este caso, fue iniciada por el lateral gallego Diego Seoane.
En sentido contrario, en el haber del equipo de Anquela solamente cabe resaltar una tímida aproximación en el devenir de este primer acto, cuando Fran Mérida disparó ajustado al poste y su lanzamiento obligó a una buena intervención del cancerbero rumano Moldovan.
Y, a punto de consumirse el tiempo que precedía al intermedio y proceder seguidamente a retirarse a los vestuarios, una ejecución “a balón parado” del encargado habitual, Álvaro Antón, no logró su objetivo gracias a la reacción rápida del portero Whalley, que despejaría “con la palma de su mano” un “chut” que ya se colaba en su portal.
Los albores del segundo período comportaron la obtención de la igualada por el conjunto del Alto Aragón. En el minuto uno se produjo un centro desde el flanco izquierdo al interior del área de la “Ponfe”. Este envío de Morillas fue aprovechado por Camacho, de forma magistral y haciendo inútil la estirada de Dinu Moldovan. Y así se equilibraría el tanteador.
Y, a partir de esta variación en el luminoso, los visitantes pasaron a disponer de un superior control y dominio y pugnaban por aproximarse a las inmediaciones de la portería de sus contrincantes. Aunque, a pesar de ello, la efectividad práctica de tal mudanza no se notó y su plasmación práctica tampoco.
En cambio, los contragolpes de los del Bierzo darían un fruto esporádico, imprevisible pero relevante. Transcurriendo el minuto 14 de este período el liberiano William Jebor – trabajador, incansable y en su función de contención en los inicios de jugada de sus adversarios – aprovechó un despiste y la correspondiente leve falta de celeridad del zaguero Carlos David. A trancas y barrancas se hizo con el esférico y, a puerta desprotegida, obtuvo una diana que representaría el triunfo final.
Los aragoneses, entonces, se conjuraron al objeto de acechar el portal de sus adversarios y sitiar el muro defensivo de los anfitriones. Ajustaron sus líneas y potenciaron el aspecto ofensivo, incluso accediendo al terreno de juego el delantero gallego Luis Fernández como relevo y posible solución. Y, de este modo, en el minuto 86 el aludido Luis Fdez.
estuvo a punto de lograr nuevamente “las tablas”: una buena “dejada” de Arruabarrena no fue culminada por su compañero adelantado, al no alcanzar el cuero por escaso margen.
Y, justamente en el espacio de alargue o polongación, el defensa “de cierre” de los ponferradinos, Ignasi Miquel, rechazó un centro con su cabeza y dicha reorientación del balón puso la incertidumbre entre los aficionados asistentes (aunque, afortunadamente, su despeje se encaminaría por encima del travesaño).
En definitiva, el cuadro “deportivista” – con este resultado – retorna a la senda de procurar constituir su feudo a guisa de “fortín”. Y, una vez conseguidas dos victorias consecutivas en su propio domicilio, se halla a 4 puntos de distancia del club que justamente ocupa la plaza desde la que se abre “el infierno” de la pérdida de Categoría: la otrora destacada U. D. Almería.
ALINEACIONES:
- D. PONFERRADINA:
Dinu M.; D. Seoane, A. Raíllo, Miquel, Casado; Basha, Alán Baró; Acorán (min. 90, Camille), Aguza (min. 9, Jebor), Álvaro (min. 76, Khomchenovskyy); y Berrocal.
- D. HUESCA:
Whalley; Ramírez, Carlos David (min. 66, Samu Saiz), Jesús (min. 73, Luis Fernández), Morillas; Fran Mérida, Aguilera (min. 56, Bambock); González, Camacho, Machis y Arruabarrena.
GOLES: 1-0 (Aguza, 5′), 1-1 (Camacho, 46′), 2-1 (Jebor, 59′).
ÁRBITRO:
El Sr. Ruipérez Marín, del Comité castellano-manchego. Amonestó con cartulina amarilla a Miquel (min. 41) y Jebor (mi. 49), en el bando ganador.
INCIDENCIAS:
Partido correspondiente a la 30ª Jornada de la Liga Adelante, disputado en el Estadio municipal “El Toralín” de Ponferrada. Unos 5.548 espectadores, conforme a cifras oficiales, poblaban los graderíos. La tarde se mostró algo desapacible, haciendo acto de presencia episodios de lluvia constante, sobre todo en una fase avanzada del choque. En los prolegómenos del evento deportivo se guardó un minuto de silencio en señal de respetuosa memoria y reconocimiento, respectivamente, por las víctimas del trágico accidente ocurrido en Freginals (Tarragona) y por el fallecimiento del conocido empresario local, Secundino Escudero.
Marcelino B. Taboada
Autor del Post
