Morala se pregunta si este modelo de gestión de residuos de las obras en el Toralín y el antiguo Carrefour es el modelo a emplear en el anillo verde y las zonas ajardinadas
“¿Permitiría el alcalde un vertido de escombros a un particular como el que están ocasionando las obras municipales? No basta con quitar los escombros inmediatamente, el responsable de semejante permisividad debe ser cesado de inmediato”
Para el portavoz del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Ponferrada, Marco Morala, “lo que el Ayuntamiento tolera no es solo una tropelía visual, es la generación de graves riesgos para los ciudadanos y un atropello medioambiental gravísimo. Luego vendrán a exigir a los particulares lo que ellos no cumplen, y se pondrán estupendos con campañas de concienciación para evitar vertidos incontrolados. Pero esta pedagogía de la contaminación con el mal ejemplo municipal es intolerable y peligrosa a partes iguales”.
Hay quien cree que al alcalde le pasa con el material retirado de las obras, lo mismo que con algunos concejales, que son estériles que no tienen utilidad y se pongan donde se pongan, ahora estorban. Nosotros pensamos que con su lista de concejales puede hacer lo que le plazca, faltaría más, pero con los vertidos de material inerte o estéril no y que aunque alguno de sus concejales con su gestión no ha sido más que un problema para Ponferrada, el alcalde sabrá qué decide de su lista, pero no puede decidir dejar Ponferrada como un vertedero ilegal en varias zonas.
Primero, porque medioambientalmente no se sostiene; segundo, porque destroza visualmente el entorno, de modo que siguiendo su costumbre, en lugar de tener una ciudad cada vez más bonita para lucirla, tenemos unas zonas más degradadas para ocultarlas; y tercero, porque inmediatamente se convertirán en un problema de salubridad que afectará a la salud de las personas que viven cerca, porque serán un nido de roedores y de insectos. Por no mencionar el riesgo para las personas que transiten o jueguen en las inmediaciones.
Luego vendrán a ponerse la medalla de la ecología renaturalizadora, pero estamos ante un atropello ambiental sin precedentes. Si hubiera sido cometido por un particular, como poco y en estudio de si constituye un ilícito penal, ya tendría un expediente sancionador abierto y camino de una multa sin precedentes. Como modelo para cuidar el medio natural de Ponferrada no tiene igual y será digno de imitación en toda Europa.
Pero no es la primera vez. Se ha convertido en un hábito del alcalde improvisar las obras sin tener prevista la gestión de sus escombros; su electoralismo manda. Hay que arreglar este vertido ilegal de inmediato, pero hacerlo no basta, debe haber sanción y cese de quien lo conocía y lo tolera en perjuicio de la ciudad y los ponferradinos.