Preservar los árboles de la calle José Válgoma Suárez impide la ejecución de la obra de urbanización y supone un grave riesgo para el vecindario
El Ayuntamiento de Ponferrada entiende el malestar de algunos vecinos ante el anuncio de la tala de árboles que se está llevando a cabo como consecuencia de las obras del plan de accesibilidad del barrio del Temple. Sin embargo, esa tala no responde a una decisión discrecional o caprichosa, pues como se comprenderá, nadie quiere quitar de la calle estos ejemplares por el simple hecho de hacer daño.
La tala de los árboles de la calle José Válgoma Suárez viene contemplada en el proyecto de ejecución de la obra y se justifica por muchas razones, recogidas en sendos informes técnicos, uno del Servicio de Ingeniería y otro del Servicio de Mantenimiento de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Ponferrada.
El informe del Servicio de Ingeniería precisa que en la calle José Válgoma Suárez, “la zona de seguridad necesaria para garantizar la estabilidad del árbolado es de tres metros, la cual es imposible de garantizar cuando se comience la renovación de las redes de abastecimiento y saneamiento”. En ese sentido apunta que “con la apertura de las zanjas necesarias se verán afectadas las raíces del arbolado con el consiguiente riesgo para la ciudadanía por fractura o caída del árbol. Además es imposible garantizar el futuro del arbolado”, riesgo que también recoge el informe del Servicio de Parques y Jardines al señalar: “Esta alineación de árboles, quedará expuesta a un riesgo extremo de caída de ejemplares, debido a los daños que se ocasionarán en su sistema radicular, debilitando la sustentación de cada árbol que puede no resistir los golpes de aire, ante fuertes rachas de viento”.
El informe del Servicio de Parques y Jardines precisa, además, que “en dicha calle, con una distancia entre el eje del árbol y la fachada inferior a los 2 metros, las ramas de los árboles alcanzan la fachada de las viviendas, ocasionando múltiples incidencias, por falta de luz y por plagas de insectos ocasionales, que provocan suciedad”. Estos problemas se ven agravados considerablemente porque la calle José Válgoma Suárez es bastante estrecha (fot. 1).
Por otro lado, este informe especifica que “Existe un gran riesgo de daños en aceras y acometidas a consecuencia del crecimiento de las raíces de estos ejemplares”, daños que no son generalizados pero en algún caso ya se han producido (fot. 2). “Además, esta previsto realizar zanjas en la acera, con motivo de la remodelación del espacio público, que inevitablemente afectarán a las raíces de estos árboles, comprometiendo su estabilidad, al dañar numerosas raíces”, concluye el informe.
Asimismo, conviene hacer hincapié en que los árboles en cuestión son tilos, una especie de “grandes dimensiones, cuyo crecimiento natural puede alcanzar entre 20 y 40 metros de altura y una copa de grandes dimensiones”, como lo prueba el hecho de que, sin haber alcanzado aún su pleno desarrollo, alguno de estos árboles está ya provocando daños en las aceras y el levantando del pavimento circundante, lo que convierte a esta variedad de ejemplares en totalmente inidóneos para un vial de las dimensiones de la calle José Válgoma Suárez, algo que debiera haberse previsto en su día, cuando fueron plantados, pero que no se previó, y cuya preservación actualmente impediría de forma radical la ejecución de las obras de renovación de abastecimiento y saneamiento, que alcanzarán una profundidad que con certeza comprometería la estabilidad y la salud de estos árboles, que pasarían a constituir un riesgo evidente para el vecindario.
Por este motivo, en el momento oportuno de la ejecución de la obra se procederá a la sustitución de los árboles talados, procediendo a la plantación de otros con envergadura apropiada a las circunstancias de los edificios y de la calle afectada.
El Ayuntamiento de Ponferrada, por último, también se planteó sacar los árboles de su ubicación actual y trasplantarlos a otro lugar, pero esta operación fue descartada por su complejidad técnica, dadas las dimensiones de algunos de los ejemplares, por los enormes daños que podía causar al tejido urbano, conducciones y canalizaciones, así como a las viviendas adyacentes, cuya cimentación podría verse dañada por el proceso de extracción del árbol con su extenso sistema radicular que muy probablemente ya haya penetrado por debajo de los cimientos, y porque esta operación de extracción y replantado resultaría a la postre inútil, puesto que el deterioro que se causaría a las raíces de los árboles los abocaría, con toda probabilidad, a secarse fuera cual fuere su nueva ubicación, razón por la cual el informe del Servicio de Mantenimiento de Jardines recomienda sin rodeos “eliminar estos árboles y sustituirlos por otros ejemplares de menor porte”, que es exactamente la decisión que ha adoptado el Ayuntamiento de Ponferrada en consonancia con el proyecto de urbanización de la calle.