Rosendo, en un momento de su concierto en Ponferrada el 16 de junio de 2018.

Casi medio siglo de carrera (sus debut como guitarrista profesional se fecha en 1974) es una enorme maleta que transportar en una gira de despedida. Es un trabajo, el de Rosendo, que forma parte de la parte musical de la biografía de padres y de hijos; y de ahí que, en el Auditorio Municipal de Ponferrada, se encontrara, este 16 de junio de 2018, entre el público tanto a eternos jóvenes como jóvenes roqueros y no pocos menudos retoños que ya tienen al artista madrileño en la banda sonora de sus vidas.

El concierto, que empezó con con el debido retraso (a las 20:40, cuando en la taquilla se habían vendido un monto de 3.518 boletos), tuvo una entrada a la altura de las grandes citas musicales en las que la Ponferrada se convierte en epicentro del arte y la cultura en El Bierzo y en las comarcas vecinas y hermanas. Todo un éxito esperable atribuible al magnetismo de una figura destacada del rock español que en este 2018 dejará, asegura, los escenarios, para desazón inconsolable de sus incondicionales.

Ya entrada la madrugada, apagados los focos, Ponferrada despedía a un artista que, tal y como se pudo comprobar ayer, ha sido durante décadas capaz de congregar multitudes y que, sin duda, forma parte de la historia musical de España.